Por él pagaron la cláusula de 222 millones de euros, en un movimiento hostil contra el Barcelona que fue el punto de partida para saber qué poder tiene este club-estado. El problema no radica en una mala operación, que todos los clubes han tenido, sino que, en menos de un lustro, el Barça acumula cuatro grandes fracasos. Si España gana la final, la Federación se llevaría 4,2 millones y cada jugadora 250.000 dólares.