Mientras que la madre deseaba donarlo a un hospital de investigación mental, el padre solo quería enterrarlo y alejarlo de todo el mundo. Ironías de la vida, el preso usó una barra de pesas del gimnasio, la misma arma que Jeff utilizó para matar a su primera víctima, Stephen Hicks. Allí comenzó una batalla judicial donde los padres se pelearon por hacerse con él. En caso de citación, a fin de reprogramar el partido y acudir solo una de las partes a la reunión, el club ausente deberá acatar lo resuelto.